Cuando se trata de mitología, monstruos y criaturas fantásticas, los nórdicos contaban con un amplio repertorio que, hoy en día, sigue fascinándonos. Este es el caso de Hafgufa, una impresionante bestia marina por la que los nórdicos sentían especial respeto.
¿Quién es Hafgufa para los nórdicos?
Además de por sus dioses, como Odín y Thor, los nórdicos sentían respeto por las criaturas que los rodeaban, especialmente aquellas que no podían ver, pero que sabían que existían. Uno de estos seres es Hafgufa, llamado también Havguva, Havgumsen o Havstramben, un impresionante monstruo marino que fue descrito en la literatura nórdica.
Las referencias de Hafgufa las encontramos en una de las hieti de la Edda prosaica, concretamente en la saga de Örvar Odder y en el Konungs skuggsjá, un manual de instrucciones que data del año 1250. En el Konungs se hace referencia a un impresionante monstruo oceánico que es similar a un pez de grandes dimensiones. Su tamaño es colosal, pues, según el texto, es tan grande como una isla.
El Hafgufa rara vez puede ser visto y, de acuerdo con el Konungs, es posible que solo existan uno o dos ejemplares en el mundo. Y es que, de acuerdo con la mitología, este monstruo comparte el mar de Groenlandia con otra bestia mítica: Lyngbakr.
Hafgufa, el Kraken y el Triángulo de las Bermudas
Otro de los monstruos más famosos de la mitología nórdica es el Kraken, conocido por engullir barcos. ¿Guarda alguna relación con Hafgufa? ¿Se trata del mismo monstruo? Según el obispo Gunnerus de Trondheim, que vivió en el siglo XVIII, Hafgufa y el Kraken eran el mismo monstruo. El Kraken era una bestia de la que se tenían detalles gracias a la minuciosa descripción hecha por Erik Pontoppidan en 1752. Los textos de Erik recogían, en realidad, los testimonios de los pescadores que alegaban haber visto a una criatura terrible.
Por otra parte, tomemos en cuenta que Hafgufa significa vapor del océano. Recibe su nombre porque, en Islandia y Noruega hay volcanes submarinos que pueden ocasionar burbujas en el agua y la aparición de nuevos islotes. ¿Estarían los nórdicos ante un monstruo? La explicación resultaría más sencilla. Estos vapores de agua no procedían de un monstruo marino sino de fenómenos naturales consecuencia de la morfología del terreno de Islandia y Noruega.
Según los estudiosos de la época, no existía un monstruo marino como tal, sino que se trataba de fenómenos ocurridos por gas metano que emergía del fondo marino y consecuencia de terremotos y deslizamientos de tierra del fondo del mar. Este gas era capaz de ocasionar incendios e incluso, en los últimos tiempos, se considera el responsable de las desapariciones en el temido Triángulo de las Bermudas.
Desmontando el mito nórdico
Hoy se sabe que el tenebroso Hafgufa es en realidad una especie de ballena. Según estudios recientes, publicados en la revista Marine Mammal Science, existen paralelismos notables entre Hafgufa y los cetáceos actuales. Esto hizo que el arqueólogo marítimo John McCarthy y los profesores en mitología medieval, Erin Sebo y Matthew Firth, comenzaran a investigar.
La conclusión es clara. Existen similitudes entre el comportamiento de Hafgufa y los cetáceos actuales. El mito nació porque los cetáceos tienen un método para alimentarse poco conocido. Consiste en permanecer inmóviles en la superficie marina y con la boca abierte en un ángulo recto. Esto hace que los peces, buscando refugio, se adentren en las barbas de la ballena que, una vez que considera ha engullido suficiente alimento, cierra la boca y expulsa el agua, tragándose así a los peces.
Curiosamente, este método de caza de las ballenas no se conoció sino hasta hace poco más de una década, gracias a los avances de la tecnología. Pero, si se compara con las descripciones medievales de Hafgufa, los paralelismos son evidentes. Aunque Hafgufa es un monstruo de la mitología nórdica, podemos ver descripciones similares que datan de los textos de la Antigüedad. En concreto, el Physiologus, un texto griego escrito entre los siglos II y IV hace referencia a una criatura similar conocida como Aspidoquelonio, un monstruo marino tan grande como una isla.